Ser el único exponente de starlet oriunda de Kenia en la industria de adultos internacional fue su mejor baza cuando debutó a las órdenes de Rozzo Siffredi, pero es que además, la enigmática starlet negra ha sabido negociar colaboraciones con estudios aterciopelados como Dorcel Club después de demostrar su valía por el glamcore de Vixen. Y es que su sexy cuero cabelludo afeitado es el buque insignia de su alucinante sexapil y motivo principal por el que la compañía parisina acaba de importar el exotismo de Zaawaadi: para venderlo como una diosa africana. Una escena junto a la española Jayla de Angelis —la flor y nata de la armada española— en la que más que evocarnos a una mujer tribu Masai en el corazón de África se nos antoja un bombón de chocolate cocinado en las más refinadas pastelerías europeas.
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