El buen sabor de boca que dejó Violet Starr tras su primera penetración anal en la industria de adultos dejó con ganas de más a todo ciudadano de la pornosfera. Una necesidad de mercado que ha sabido aprovechar nuestro espeleólogo de ojetes Mike Adriano al haberla contratado de nuevo para usarla vaginalmente en su otra casa, Nympho, donde la joven aspirante a estrella del porno vuelve a la carga poniendo toda la carne en el asador. En esta segunda «analización» se ha apelado por una fotografía más invasiva realzando sus formas nalgares curvilíneas, su melenaza trenzada negra y la proporcionalidad de su tren inferior, atributos que en el porno norteamericano cotizan al alza en un momento en el que se premian los cuerpos naturales, sin trampa ni cartón. Con semejante máster en lenguaje sexual la encantadora sonrisa de Violet saca todo su potencial oculto para llegar a lo más alto, y muy rápido.