Vanna Bardot se encuentra en la conocida etapa pornográfica en la que las actrices se esfuerzan por ampliar sus límites sexuales, un limbo al que se prestan voluntarias las pornostars a las que se les está pasando el arroz. Sin embargo, por muchas muescas que añada a su culata, la comunidad de pornoliers no le presta la atención que se merece. Si hace pocos meses debutaba analmente en Brazzers con una escena modesta que pasó sin pena ni gloria, a principios de este 2020 realizaba la misma maniobra para acrecentar su currículum sexual con su primera escena interracial que ha tenido las mismas consecuencias: un encuentro oscurecido con Jax Slayher en Dark X totalmente inadvertido. Al menos nos da para excluirla del cuadernillo de pornostars que se niegan a catar carne en barra negra por motivos racistas o de limitado aforo vaginal.
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