El futuro del porno italiano está a buen recaudo gracias a bellas ragazzas de aires mediterráneos que eligen la senda más caliente a nivel profesional poniendo toda la carne en el asador, o introduciéndosela por cualquier orificio que se precie, mejor dicho. Otro valor actual del país con forma de bota es la joven Silvia Soprano, una italiana de aire aparentemente inocente que ha obtenido la cátedra en porno duro en la facultad por excelencia del hardcore, los estudios de Legal Porno, ubicados en Praga. Un duro bagaje al alcance de unas pocas elegidas (hasta tres miembros ha acogido en sus hospitalarias cavidades), por lo que es ver ese nombre ligado a la mafia en una serie televisiva de culto y sospechar que lo que vamos a ver es porno con mucha sustancia.
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