Cuando mencionamos por primera vez a la adorable Tristan Summers (también conocida como Tristan Taylor) ya dijimos que el punto fuerte de su propuesta recaía en su resplandeciente sonrisa adornada con brackets. Un ejemplo de que se puede subsistir en la industria de adultos teniendo un físico alejado de geometrías voluptuosas. Aun así, sabe que para destacar en el star system pornográfico deberá redoblar esfuerzos, sacar fuerzas de flaqueza y maximizar ese atractivo sexual sin filtros que posee. Tal y como ha hecho recientemente en Shoplyfter, donde la starlet estadounidense vuelve a utilizar el morbo como ariete para desarmarnos sexualmente a golpe de encanto en un interrogatorio en el que es imposible no estar a su lado.
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