La carrera profesional de la sexy pornostar americana Sydney Cole no ha sido un camino de rosas. Las cotas de prestigio que en la actualidad ostenta las sudó con creces ya desde sus inicios cuando rodaba más de medio centenar de escenas en poco menos de un semestre. Un esfuerzo que le sirvió como catalizador sexual para desarrollar su faceta más multicultural en una de los webs más étnicas del porno, Dogfart Network. La puramente belleza americana de Sydney parece haber encajado en el nicho interracial con el talento ya pulido y convertida en un diamante de Tiffany. Ahora su cautivante magnetismo felino, cara de niña inocente y actitud delante de las cámaras no paran de recibir agradecimientos y de fichar por estudios de alto copete como BlackedRaw.
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