De Stacy Bloom nos podemos esperar cualquier locura, desde brutales gangbangs multitudinarias hasta el hardcore más salvaje pasando por «gapes» surrealistas. Toda la filmografía de la rusa deja entrever que abandera la causa del sexo anal, eje de su fanatismo, y que sus elementos estéticos —lateral rapado y teñido estrambótico— son provocaciones efectistas de lo que habita en su interior. Pero ni siendo conocedores de su oscuro historial podríamos imaginarnos que se iba a convertir, literalmente, en la «putita» del director Giorgio Grandi.
Y es que su última colaboración con la productora checa Legal Porno está marcada por la locura y el sacrificio de su integridad física, sobre todo cuando sus compañeras le introducen el brazo en lo más profundo de su culo. Una modalidad del hardcore, cual ejercicio circense, arriesgadísimo que supera con creces cualquier límite conocido de la starlet. No sabemos si tiene las hormonas alborotadas o está poseída por Satanás, pero siendo testigos de como comete los actos anales más extremos no nos extrañaría que se le esté yendo la cabeza.
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