El infalible radar de talento femenino de JaqueMateAteos ha descubierto otro espécimen de camgirl en los subsuelos de PornHub digno de mencionar. Hablamos de Spicy Booty, una señorita de 31 años de algún lugar de España que se dedica en cuerpo y alma —sobre todo en cuerpo— a exhibir su impresionante culo en multitud de posturas sexuales junto a su novio. Una labor muy bien remunerada por su club de fans, que ya casi alcanzan la cifra estratosférica de 100.000 suscriptores y alimentan con propinas a esta señorita de tremendísimo tren inferior.
De hecho, la parte de su anatomía que alentó su instinto sexual (el mismo trasero) ha sido elegida para dar forma a su nombre artístico. Es decir, la sexy palabra de moda en la música, Booty, que viene a significar lo que comúnmente de forma pícara todos conocemos como culo. Una hábil estrategia de marketing de auténtica «Attention Whore» española que le ha servido para catapultarse a los primeros puestos de la lista de aficionadas.
Si bien no puede competir físicamente con la potencia arrolladora de la puertorriqueña Yiny León, sus performers sexuales no tienen nada que envidiar y su cuerpo al completo (sus pechos también son demoledores) se transforma en una experiencia hipnótica, siendo el plato fuerte unas trémulas nalgas que lo tienen todo comestible, como el cerdo.
Lo que no podemos entender es que esconda recelosamente su rostro a la vista del público por temor a ser reconocida en la calle. Más que nada porque un animal de formas traseras tan bellas no debería avergonzarse de su expansivo pandero. Os advertimos que el visionado de sus escenas crean adicción y contagian cual coronavirus la fiebre de las culonas, esas chicas cuyas cabalgadas son un crimen perfecto que no deja testigo vivo para contar lo que ha pasado.
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