Una de las actrices originales de la mítica serie «La Que Se Avecina», cuyo nombre era «Aquí No Hay Quien Viva» en sus comienzos, fue la madrileña Sofía Nieto. Participó en la divertida serie de televisión cuando empezó en Antena 3 -antes de pasar de manos a Telecinco- y lo hizo con solo 16 años y unas tetas hiperdesarrolladas para su edad. Si bien es cierto que continuó en la primera temporada de «LQSA» siendo una aprendiz en la peluquería «Araceli Madariaga», en temporadas posteriores prescindieron de su contrato. Una gran pérdida para la sitcom española porque era la maciza de la serie. Todo el mundo quería ver a Sofía Nieto desnuda en alguna escena picante, junto con Malena Alterio u otras actrices de la misma factoria de ficción.
Interpretaba al icónico personaje de Natalia Cuesta, la hija de Juan Cuesta, el presidente de la comunidad. Su calidad interpretativa, que es totalmente nula (esta chica no es una buena actriz) fue satisfactoriamente compensada por sus descomunales tetas naturales que tenía cuando era una simple adolescente. Todos los pajilleros de España que veían la serie aguardaban que saliera en escena para poder contemplar sus dos enormes melones.
Aunque no haya salido desnuda en ninguna revista, internet está lleno de sus capturas. Instantáneas hot, fotos de supuestos desnudos y momentos de la serie donde se capta el preciso instante de un upskirt (descuido de falda) para verle toda la majestuosidad de su redondez en la época donde todavía estaba de muy buen ver.
La parte que muchos desconocen es que Sofía Nieto es una matemática con un expediente perfecto, licenciada por la UAM (Universidad Autonómica de Madrid). No solo es una delantera portentosa, sino que es toda una cerebrito del cálculo y el álgebra que ejerce de profesora en la misma universidad donde estudió.
Pero todo en esta vida tiene su parte mala. El físico voluptuoso de la actriz fue tomando tintes de ballenato hasta convertirse en una gorda en toda regla con papada incluida. Tan solo tenéis que ver las fotos de Sofía Nieto antes y después para daros cuenta de esta transformación de tía buena de televisión a gorda y fea. Parece que conforme iba aprendiendo matemáticas su físico se estropeaba cada vez más y más, como si no pudiera cultivar estas dos virtudes.
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