Sexo sucio: el porno más obsceno e indecente
Existe una frase muy famosa dicha por un actor de Hollywood que afirma algo así: “Solo es sexo sucio si se hace sexo correctamente”. Sabias palabras para un hombre que ha debido pasarse por la piedra a decenas de mujeres y conoce de primera mano los entresijos de las artes amatorias mugrientas.
El sexo sucio para que sea realmente bueno debe dejarte exhausto y jadeando, sudando a chorros y con agujetas en los músculos de tanto ajetreo. Cuando follas debes quedar cansado, satisfecho y con los pelos alborotados. Debe ser salvaje, frenético y sobre todo sexo degenerado; hay que hacer cosas prohibidas y oscuras al otro. Olvídate del acercamiento romántico y la pulcritud con tu pareja, hay que abusar de la casquería de fluidos y degradarte como un animal en celo.
Y es que la asepsia sexual es contraria al placer mismo que se encuentra en la cerdería fina de pringarte hasta el cuello. Terminar una follada y que te huela todo el cuerpo a hormonas sexuales no tiene precio, tanto que hasta es casi mejor no ducharse antes de follar.
Vídeos de porno sucio
En esta categoría porno se incluyen folladas donde se habla mal (dirty talk) y las pornostars se entregan al lenguaje vulgar y soez soltando obscenidades durante el acto sexual para intensificar así el placer. Porque gritar guarradas al oído de tu amante es algo que pone cachondo a cualquiera.
Escoge el peor sitio posible para mantener relaciones sexuales, ya sean los aseos de una apestosa gasolinera, en los baños de una discoteca o un callejón mugriento por la noche. Siempre suelen coincidir que esos sitios rodeados de tanta inmundicia sean los lugares donde el sexo sucio se siente mejor.
En el plano artístico el juego de cámaras también tiene su encanto. Planos cortos donde se vean los poros de la piel y los genitales lo más cercano posible. Haciendo hincapié en el sudor húmedo y como los cuerpos se embarran estando juntos. Iluminación entre penumbras, escenarios soeces y sórdidos, guiones malsonantes; la combinación perfecta para mancharse de los pies en la cabeza en una escena pornográfica.
Sexo, cuanto más antihigiénico mejor
El sexo asqueroso, ese que te produce nauseas nada más verlo y que prometes nunca practicarlo es el que todo hijo de vecino ha probado en sus carnes alguna vez. Queda muy bien decirlo, pero al final nadie tiene la fuerza de voluntad necesaria para no terminar cometiendo pecado carnal.
Un acto de lo más puerco con una desconocida en la zona más descuidada y maloliente de toda la ciudad.