En el maravilloso diccionario de parafilias existe una que, para algunos, sobrepasa los límites del entendimiento humano. Nos referimos a la microfilia, conocida en la jerga pornográfica como shrinking fetish, y que viene a describir la atracción sexual hacia personas enanas. Un fetichismo que apenas se prodiga por el submundo del BDSM, discriminando a los mal llamados enanos de tener relaciones sexuales satisfactorias y ocultándolos al mundo como animales de feria. Por suerte, por los insondables océanos de PornHub existe una isla desierta bajo el nombre de Sebastian James que da cobijo a enanas y todo tipo de féminas afectadas de acondroplasia.
Sebastian James sufre de esta pasión por follarse a chicas con enanismo, un porno poco erótico por filmar a estas representantes de la baja estatura, y cuerpo rechoncho a la par que deforme, que bien podría encajar en los manuales médicos sobre trastornos psiquiátricos. Entre su material volcado se encuentran auténticas joyas para quien se mueva en estos submundos de degradación pornográfica donde el aliciente sea follar con minusválidos de tamaño minúsculo.
Y es que para los cerrados de miras solo de la mente de un enfermo sexual puede nacer esta loca idea propia de las producciones bizarras más llamativas. Incluso hay quién ve una oculta deriva hacia la pedofilia, porque lo que anhelan estos sujetos es estar con una persona de apariencia infantil, de mucho menor tamaño, más débil, pero con estatus de adulto a efectos legales.
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