De vez en cuando descendemos a la cocina de Legal Porno —el circo de Praga— para oler la carne fresca que está cocinando el polémico director Giorgio Grandi. Actualmente, el último hallazgo se llama Sasha Beart, una intimidante y satanista rusa de 32 años que pertenece a la secta del tatuaje extremo (apenas tiene un centímetro de piel libre de tinta) y mantiene el máximo radio de dilatación que pueda alcanzar su ano. De hecho, se ha postulado como una de las futuras reinas del fisting y gaping extremo, de esas que disfrutan cuando les remueven las tripas, haciéndole la competencia a auténticos agujeros negros como Alysa Gapolexa o la camgirl Siswet.
Esa es la la llave de su poder sexual. Un descubrimiento muy a la par con la rumana Megan Inky, otra modelo entintada cuya destreza sexual, pasión y belleza beben directamente del estilo que creó Bonnie Rotten. Algo que puede ser un hándicap para los que no son fanáticos de los tatuajes excesivos y cuerpos entintados, especialmente en la cara, porque como hemos dicho, el físico de Sasha Beart es como si varios niños hubieran garabateado dibujitos sobre su epidermis.
Puede que esta sea la razón de porque todas las diosas habituales de Legal Porno son tremendamente infravaloradas fuera de los circunloquios extremistas y apenas la podemos ver tras la verja de la jaula del citado estudio. Y es que el sado al sado al extremo siempre será una parafilia incomprendida, sobre todo cuando la tripulación de la productora checa, actores tan salvajes como Luca Ferrero (no es el mayordomo de los bombones Ferrero Rocher), Angelo Godhack, Mike Chapman y Dylan Brown, follan con tanta fuerza y agresividad que el suelo de debajo parezca derrumbarse.
Pero si conseguimos ver más allá de su arte corporal encontraremos a una auténtica bestia que folla sin tregua, empujando sus límites físicos, como si no hubiera un mañana. Una vez la hayas visto trabajar ante las cámaras vivirá eternamente en tu cabeza sin pagar rentas. Una dama salida del infierno, de las descripciones proféticas del Apocalipsis, afectada por algún síndrome de la conducta sexual, que no tiene reparos en mostrar los sucios extremos a los que se extiende su vicio satanista: fisting, lluvia dorada, Swallow, A2M, DAP, prolapsos (rosebuds), anales profundos… lo que se dice una campeona del ojaldre.
En JaqueMateAteos seguiremos expectantes a los avances de esta malvada señorita salida del multiverso del fanatismo sexual. Después de todo, muchos parroquianos piensan que este tipo de atractivas visiones sádicas son las que de verdad le dan sentido al porno, sobre todo al sector hardcore europeo, plagado de chicas guapas con el pelo negro suelto cuyos ojos azules penetran tu alma haciéndola descarrilar.
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