Sarai Minx pertenece al club de pornostars afroamericanas que jamás destacarán más allá de lo que permita ciertas peculiaridades de su físico (algo así como supremacía atlética de Kinsley Karter o la piel brillante de ébano de Tori Montana). Es por eso que su cuerpo potente y atlético, que en sus preludios le ayudó a establecerse en el medio de la tabla pornográfica, no fueron suficientes para sustentar su demanda como profesional. De ahí que comenzara a desvanecerse en su 2º año de vida pornográfica y al poco tiempo se retirara a ejercer como camgirl ocasional en su perfil de Onlyfans.
Hace unos días nos hicimos eco de su regreso en una escena de Brown Bunnies (el imán que tiene BangBros para novatas de piel negra) en la que hemos notado que ha vuelto a la palestra con un extra de kilos para sumar notoriedad en una industria que tritura a las de su etnia como si fueran carne picada. Si bien es cierto que oculta cierta tosquedad en sus rasgos, en cuanto esa anatomía se pone en movimiento se nos olvida cualquier defectillo que pueda tener.