El porno no suele tener muchas historias de amor. El sexo relega el sentimiento al fondo del retrete entre los actores y se deben conformar con tener relaciones deshumanizadas en la que solo son máquinas sexuales. Pero de vez en cuando, entre tanta desesperación, aparece inesperadamente la llama de la pasión. Estamos hablando del extraño caso de Sarah Young con el leal actor afroamericano Sean Michaels. La química que había entre los dos se palpaba en el ambiente y lograba crear una atmósfera que iba más allá de los objetivos.
Tanto es así que hasta repitieron en cuatro ocasiones («Dirty Woman» (1989), «The Young One» (1992)…) exprimiendo el combo de actor negro dotado y chica inglesa tetuda. En esta escena, el amor que profusan es tan grande que deciden compartirlo con el mítico actor porno Peter North; el de las corridas antológicas. De ahí que este final feliz en la cara de Sara es una de las corridas en la cara más memorables de la historia del porno vintage.
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