Sara Casasnovas, el rostro de sobremesa gracias a la serie «Amar en Tiempos Revueltos», nació en Ourense hace 23 años. Se crio en Corcubión, en la Costa da Morte, la del Prestige, las inundaciones y los incendios, y con 15 años ya estaba estudiando Arte Dramático en A Coruña. A los 18 se emancipó económicamente y desde entonces camino libre, aunque siempre tiene cerca a su familia, la real y la que ha ido forjando. Dio sus primeros pasos en el teatro y en algunas series de televisión gallegas, mientras continuaba su amplia formación, que va del cabaret a la acrobacia. Y está curtida en torear a la prensa rosa, que la unía sentimentalmente a Martín Rivas, el protagonista del «El Internado».
Mención aparte decir que de la aclamada serie televisiva «Sin Identidad» no solo surgió una actriz de gran carga sexual como es Megan Montaner, también la señorita Casasnovas fue otra artista española que no dudo en desnudarse y meterse en la cama con otro protagonista de la serie; el atractivo actor madrileño Miguel Ángel Muñoz. Estamos hablando de una de las folladas de rigor más conocidas de esta obra de ficción televisiva, una tórrida escena de sexo fogoso en la cama donde Sara enseña perfectamente sus tetas y sus pezones excitados a lomos del personaje de ficción Bruno Vergel.
Un romance en la pequeña pantalla que terminó de forma desenfrenada en una vorágine sexual. Sus apariciones y papeles en «Amar es para Siempre» y «Hospital Central» no se acercan ni de lejos a su interpretación a la falsa Mercedes Dantés.
«Los Días que no Estuve» (2021)
Viendo su belleza mediterránea no nos extraña que la actriz gallega fuera acosada por un fanático alemán que le enviaba cartas de amor y fotos de alto contenido sexual. Por lo visto, el cuerpo de Sara le despertaba una pasión tan desaforada que se volvió loco de amor e intentó atentar contra su vida, intentando asesinarla disparando una flecha con una ballesta a la salida del teatro Reina Victoria de Madrid. Los hechos acaecieron en el 2009 y finalmente Sara Casasnovas logró escapar del punto de mira de un psicópata, siendo detenido y puesto a disposición judicial para pasar 8 años en la cárcel.