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Sandra Barneda, la sensual cara del otro lado de los realities de máxima audiencia

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En JaqueMateAteos os hemos expuesto a despampanantes gatitas de reality como Oriana Marzoli, Fani Carbajo, Sandra Pica o Tania Medina. Sin embargo, la protagonista de esta entradilla que nos ocupa no está en el lado de las concursantes, sino en el de las presentadoras de televisión. Nos referimos a Sandra Barneda, la popular periodista de Mediaset, escritora y activista LGTBI que se ha hecho fuerte en Telecinco por saber domar a las fieras de los realities. Sin olvidarnos de que tiene una sensual cara con la que logra trasmitir ese toque de serenidad que tanto la caracteriza.

La experiencia de la catalana delante de las cámaras le precede. Sustituta de la mismísima Ana Rosa Quintana en los matinales de la cadena y cabeza al frente del programa «Hable con Ellas», un intimista espacio feminista en el que se divertía sin tapujos. Ante semejante don de masas, normal que pudiera declararse lesbiana (tuvo un romance lésbico con Nagore Robles) sin riesgo a sufrir consecuencias profesionales. Su alcance mediático lo engulle todo, especialmente realities de máxima audiencia:  Isla de las tentaciones, Secret Story, Supervivientes, Gran Hermano VIP…

El topless playero de Sandra Barneda

Fue la revista «Cuore» la que publicó en 2016 el topless de esta presentadora de Telecinco mientras tomaba el sol en las playas de Formentera. Hay que decir que, a la conductora del programa «La Casa Fuerte», no le hizo justicia esa foto captada por los paparazzis. De hecho, luce cierta acumulación de grasa en algunas partes de su cuerpo y un más que notable pecho caído.

Aún así, estamos ante una digna distracción erótica en la que enseña sus bonitas tetas a media España. Y además, no estaba sola. La acompañaba su amiga, Marta Torné, mientras paseaban en biquini a orillas del mar. Eso sí, después de ver las imágenes no podemos decir que aparente menos años de los que tiene; 42 en el momento de ser fotografiada. Algo que demuestra que la crónica social de famosillos del corazón acaba por terminar pasando factura al físico.