Puede que la viciosa señora Sally D’Angelo (67 años) esté en los últimos tramos de su etapa como GILF —el subgénero donde las abuelas sexagenarias equivalen a las MILFs—, pero lo que tiene claro es que no piensa tirar la toalla mientras sea una pornostar contratada por Brazzers. De hecho, con su exagerado tamaño de busto XXL y su desmedida voracidad sexual puede plantarle cara a la contundencia anatómica de la fea más carismática del porno, la inconmensurable Sara Jay. Ambas conformarán un enérgico dúo de cuerpos desproporcionados, curtido en mil batallas y con un nutrido currículum de experiencia, para interpretar una morbosa escena que viene a recordarnos las maduritas desvergonzadas que meten mano a los strippers masculinos.
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