Después de unos inicios poco halagüeños por España, en los que cayó presa de Torbe y su cohorte de bukkakeros, a Roma Amor (22 años) no le ha quedado más remedio que jugar la carta de la inocencia interrumpida. Lo decimos porque recientemente la chilena acaba de pisar el set europeo de BangBros para rodar una de esas infalibles escenas donde con un fajo de billetes compran la inocencia de una pornochacha. Ya sabéis, uno de los clichés más habituales en territorio yanki y serie legendaria titulada «My Dirty Maid». El caso es que este caramelito enternecedor, que destila la imagen clásica de latinoamericana adolescente, encaja como un guante en las propuestas donde las virginales starlets debe hacerse pasar por inmigrantes sudamericanas sin papeles. Una fórmula tan básica como xenófoba que sigue funcionando a las mil maravillas.
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