El pollón de Chris Strokes no es apto para muchas pornostars. Sus 26 centímetros de longitud horizontal son demoledores para la mayoría de chicas estrechas de vagina. Y es que el actor estadounidense es un auténtico adonis para el porno, con unos abdominales como la tabla de planchar y un pecho cincelado como una escultura griega. Es por eso por lo que la starlet Rebel Lynn saca fuerza de flaqueza para introducirse su herramienta, no sin antes seguir a rajatabla una sesión preparatoria de masturbación anal, con dildos y juguetes de plástico, para ensanchar la cavidad y que posteriormente en el esfínter cupiera el susodicho pene. Después de todo, la rebelde de Rebel, valga la redundancia, resulta no ser tan rebelde cuando se enfrenta a un titán.
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