Belladona fue a principios de siglo XXI la indiscutible reina del porno americano. Y no fue por su famosa diastema (separación entre los dientes) delatora de ninfomanía, sino por su devoción por el sexo extremo en una época donde no proliferaban actrices capaces de realizar devastadoras acrobacias sexuales con sus agujeros. No tenía complejos delante de las cámaras y supuso un antes y un después a la hora de grabar porno y expandir horizontes hasta ahora desaprobados. La que fue novia del mismísimo Nacho Vidal era toda una maestra del sexo anal, pero esa versatilidad de la que hacía gala no nació con ella. Tuvo un origen, un primer vídeo porno donde le estrenaron su ano en una especie de casting amateur donde se sincera con la cámara antes de la prueba de fuego. Sin duda fue el nacimiento de la bestia en una época que ya es vintage en el porno.
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