Porno rectal: otro forma de llamar a las penetraciones anales
El porno rectal es una velada referencia a nuestra impresionante categoría de la sodomía que tenemos en JaqueMateAteos. Ya sabéis, la deseada y temida (a partes iguales) práctica sexual que consiste en meter una buena polla por un estrecho ano, aunque también es válido introducir los dedos o cualquier otro utensilio sexual que se aloje bien adentro del culo de una actriz.
Y es que los sinónimos y diversas palabras para designar la acción rectal en vídeos pornográficos se cuentan por decenas. Consecuentemente, la jerga sexual ha adaptado estas expresiones reuniéndolas bajo una única denominación de origen: el sexo anal, la práctica más codiciada entre los fanáticos de la sodomización.
El sexo rectal fuera y dentro de la pornografía
No hace falta ser un lince para saber que el porno rectal es una de las praxis sexuales más populares de estos locos tiempos de libertinaje. Ahora el ano es una parte de nuestro cuerpo tan importante como los genitales. Es el nuevo coño del siglo XXI. El nuevo agujero por donde obtener un máximo gozo sin que se nos discrimine por cuestión de sexo: todos tenemos un ojete, hombres y mujeres.
La obsesión por las penetraciones anales es tal que va más allá de la industria de adultos. Ahora las chicas normales también quieren probar que se siente cuando su esfínter es penetrado con fuerza. Incluso alguna aventurera quiere emular las proezas de las pornostars dejándose encular brutalmente, cortándose su respiración. Auténtica pasión por el porno rectal abriéndose paso del entretenimiento para adultos hacia la vida real.
En JaqueMateAteos tenemos variados tutoriales enfocados en aquellos pornólogos que estén pensando en follar hasta el fondo de un culo, sin malos olores y con el orificio dilatado al máximo.
Penetraciones del porno por el recto ¿Cómo se hacen?
Una mujer que quiera experimentar con el porno rectal necesita de preparativos previos si no quiere sufrir dolorosas penetraciones: lavativas, edemas, butt plugs, dilataciones manuales… Una problemática que han narrado en primera persona muchas pornostars con el recto roto. Y es que las primeras veces (las desvirgaciones) suelen hacer daño. Es con la práctica cuando se llega al gusto y al vicio, e incluso con potentes orgasmos si la sodomización es correcta.
Eso sí, para llegar a ese nivel tu esfínter debe entrenarse más allá de las primeras experiencias anales. Primero con toques suaves de rimjobs, besos negros y anilingus, y luego podemos pasar a los barbarismos del fistfucking y hasta sacar tus entrañas por el ano: el rosebud.