De la imaginación de los adictos a la pornografía que se pasan 24 horas delante del monitor viendo porno ha surgido una variopinta corriente creativa que mezcla nuestros sentidos para potenciar nuestra excitación sexual. Nos referimos a los PMV (Porn Music Video), acrónimo de vídeos porno musicales, una tendencia al alza en los pornotubes donde los usuarios editan sus propias creaciones para unir el gusto de sus grupos musicales con el placer de ver follar a sus pornostars predilectas. Nosotros ya publicamos algunas de estas compilaciones (corridas con canciones de Britney Spears y otra de potentes orgasmos femeninos), pero nada que se compare a este fenómeno vicioso.
Estamos ante una moda sexual con fines puramente onanísticos que no tiene límites y que ha salido de las mentes calenturientas de los pornófilos que son capaces de sincronizar canciones con el ritmo sexual de los vídeos X. El resultado salta a la vista y al oído, cientos de vídeos recopilatorios con los que puedes machacártela mientras escuchas las canciones más pegadizas.
Una adicción sexual la mar de recreativa donde las folladas a golpe de guitarra eléctrica se convierten en una selección de las mejores secuencias para masturbarte.
Uno de los mayores expertos en PMV (Porn Music Video) es precisamente un viejo conocido por todos nosotros, el crápula de James Deen. Por lo visto el actor americano es un fan de estos vídeos que nos producen una sobredosis en nuestros sentidos hasta el punto de que desde si entramos en su canal de PornHub podemos sufrir una sobrecarga neuronal en nuestro cerebro de tanto porno y música combinados.