Apología del porno duro con una heroína pálida, Anna de Ville

Delgada, de estatura baja, extremadamente pálida y con cierto aire intelectual, como la mítica Sasha Grey. Lo cierto es que uno contempla a Anna de Ville y se la imagina en una biblioteca buscando un libro o recitando poemas de Rimbaud en una cafetería de ambiente bohemio. Pero no, Anna de Ville camina por el lado salvaje de la vida de manera literal; su poesía es ser rellenada por todos sus orificios, experimentando placer y dolor a partes iguales para alcanzar su nirvana sexual y espiritual. En estos momentos, sin recurrir al señor Google, que nos hace a todos listos, solo se me ocurre a Rebel Rhyder como una actriz porno estadounidense que puede acercarse o igualar el bagaje infernal de esta Morticia del porno duro, que, a día de hoy sigue sin pisar el freno.