Agarraos que viene curva. Volvemos a inmiscuirnos en el top 0.1% de Onlyfans —esa zona colmada de prostitutas virtuales que se cotizan a precios desorbitados— para sacar a la superficie una de las mejores cosplayers eróticas de la actualidad: la polémica Octukuro Model. La última diosa caótica del disfraz friki y visionaria del subgénero cosplay que está haciéndole una brutal competencia a reinas de la talla de Sia Siberia y Purple Bitch. Algo que entendemos después de ver sus deslumbrantes performances pornográficas en PornHub, donde lo apuesta todo por el POV para que su público permanezca atento y no se pierda ni un detalle.
Nacida en Estonia hace 28 años, Marina Dyagileva (es su nombre auténtico) ha estado modelando desde 2015 gracias al buen hacer de su novio, que es la mano que sostiene la cámara móvil y edita los vídeos subidos a sus plataformas privadas de Onlyfans y ManyVids, donde publica desnudos y fotos masturbándose tan explícitas que podría dedicarse perfectamente al sexo filmado. Porque esa es otra, la acción en solitario es el punto fuerte de su intensa carrera, que alcanzó su cénit cuando se unió al grupúsculo ‘alt’ de las Suicide Girl.
Ahora entendemos la pasión por los tatuajes y piercings de esta modelo de cosplay europea y practicante de porno amateur. Sea como sea, las propuestas visuales de la influencer erótica de redes sociales, salidas del caldo de cultivo que es PornHub (refugio acogedor para las creadoras de contenido), vuelven locos a sus fans gracias a sus disfraces inspirados en personajes del mundo del manga y videojuegos.
Sus grandísimas tetas operadas, sus orgasmos difíciles de fingir y su grado supremo del dominio del ahegao (no os perdáis nuestro extenso artículo acerca de estos rostros que muestran placer sexual) la convierten en un fetiche femenino por saber abordar a la perfección un tema de actualidad en los contenidos para adultos.
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