Mariló Otero
Hay pornostars que unidas en un encuentro lésbico no pegan ni con cola. Hablo de la última aparición de Bonnie Rotten junto a Nicolette Shea en Brazzers. Dos starlets de perfiles antagonistas que se han eclipsado la una a la otra. Una es una zumbada tatuada que se hizo popular por sexo desatado y sus squirtings a lo Fontana di Trevi. La otra una enferma de la cirugía con más plástico que una muñeca hinchable y con un culo y unas tetas que roza la caricatura dantesca. En este choque de trenes de distintas galaxias ninguna ha salido bien parada aunque se empleen juegos sexuales de ama y esclava donde Nicolette está a merced de los desmanes de la superestrella del porno más cerda de todos los tiempos. Esperemos que esta mancha en sus expedientes no perjudique su más que trayectoria fulgurante.
