El término juguete sexual es demasiado inocente para describir la despiadada eficiencia de las máquinas de Natalie Flowers. Hablamos de las herramientas de trabajo de la popular camgirl letona (Riga, 33 años), un arsenal propio de las adictas al sexo artificial, de ese con endiablados aparatos mecánicos de por medio. Sus ‘live streams’ de PornHub son tan intensos que a cualquier pornostar experimentada le costaría seguir el ritmo y su nivel masturbatorio roza lo sublime cuando vemos asombrados como tortura las paredes de su vagina.
Puede que haberse puesto un apodo que referencie a las flores no haya sido una elección que ilustre sus performers caseras de alma sucia, pero algo hay en estos rituales para que aparente mucha menos edad de la que tiene. Después de todo, si se conserva como si viviese en un frasco de formol es porque ejecutar prolapsos, squirtings y fistings rejuvenece las carnes. Podéis agregarla a la lista de favoritos o pasaros por su cuenta de ManyVids, Chaturbates y demás entarimados virtuales privados para comprobar de que su porno semiprofesional es algo de otro mundo.
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