Aunque Nagore Robles (38 años) fue la concursante más odiada de todas las ediciones de Gran Hermano (su porcentaje de expulsión en GH 11 fue del 95%), con el paso del tiempo esta exmodelo vasca se convirtió en un rostro conocido de la televisión por tener uno de los mejores cuerpos que ha pasado por Telecinco. Un logro que muy pocas consiguen —ahí está la despreciada Aída Nízar— y que sería imposible sin la ayuda de revistas eróticas como Interviu y Primera Línea, posiblemente las publicaciones españolas que mejor lavan la imagen de las famosas.
De esta manera, la celebrity de Mediaset Nagore se desnudó de cuerpo entero para mostrarse como Dios la trajo al mundo. Una creativa sesión de fotos donde sus pechos quedaban a la vista y su vagina era tapada con una vistosa flor de girasol. A partir de aquí, la concursante más polémica de los realities (incluso más que Sofía Suescun), comenzó su particular recorrido en la cadena líder de cotilleos y un año después la llamaron para participar en «Acorralados», otro reality de famosillas ambientado en una granja de cerdos, vacas y ovejas.
Eso sí, en esta ocasión la oriunda de Basauri se sacó de la manga su carta más potente: declaró públicamente ser lesbiana (aunque realmente es bisexual) y aprovechó para contar a España que era la pareja de Sofía Cristo, la hija de Bárbara Rey, otra lesbiana subida al carro de la moda. Una bomba de información que dio la vuelta a la parrilla televisiva en su momento. Tanto que incluso quedó ganadora del concurso con una ajustadísima final contra Raquel Bollo.
Ese fue el pistoletazo de salida a la carrera en televisión de Nagore Robles. A partir de aquí el grupo de Fuencarral la puso como asesora del amor en el dating show MyHyV (Mujeres y Hombres y Viceversa), siendo la más cañera entre sus compañeros, Pipi Estrada y la expornostar Lucía Lapiedra. Una época muy movidita que trastocó su vida sentimental haciendo que su relación con Sofía Cristo llegar a su fin por problemas de infidelidades y drogas. El combustible de «Sálvame».
Por suerte, la del País Vasco se enamoró locamente de la prestigiosa presentadora Sandra Barneda, una de las conductoras del reality «SuperVivientes», y pudo recomponer su corazón desde los platós, ya que según cuentan se la ligó siendo colaboradora del mismo. Ambas son lesbianas declaradas y mantienen una relación sentimental de la cual están lo más orgullosas posible. Un trabajo de visibilidad para normalizar el colectivo LGTB, por lo que no ocultan el amor que profesan.
Actualmente, la parejita de lesbianas no para ni un segundo en mostrarnos su amor por las redes sociales. Hasta en su cuenta de Instagram suben fotografías donde se muestran cariñosas, acarameladas y hasta semidesnudas y en actitud erótica. Todo vale para mostrar su lado más sensual y avivar el fuego de sus seguidores. Al menos todo lo que permite la red social.
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