A principios de la década del 2000, cuando Canal + emitió en una noche de viernes guarro el documental pornográfico «The Private Life of Michelle Wild», la mitad de los hogares españoles no apagaron el televisor hasta altas horas de la madrugada. El motivo fue la protagonista de la cinta, la starlet húngara Michelle Wild, una pornostar de Budapest única en su especie que lograba trasmitir un vicio ninfomaníaco casi delictivo. Su rostro era la viva imagen del sexo, sus expresivos ojos verdes y pequeña nariz delataban que disfrutaba follando delante de las cámaras, sus facciones (en especial su peculiar barbilla puntiaguda) y su cuerpo 100% natural tenía que ser obra del demonio de lo fascinante que era.
«The Private Life of Michelle Wild» (2003)
Una lástima que tuviera que competir con la impresionante cantera nacional de Hungría que por aquel entonces era un auténtico desfile de diosas del Este. Y es que la señorita Wild, a pesar de haber sido una de las mejores estrellas porno europeas de principios de silglo XXI, siempre estuvo a la sombra de grandes figuras como Rita Faltoyano o Monica Roccaforte e incluso llegó a estar eclipsada.
Sus inicios en la industria de adultos se remontan al 2001, cuando a los 21 añitos dejó sus trabajos de stripper y operadora del teléfono erótico para debutar profesionalmente con la película del director Antonio Adamo «Sex Opera». Fue en aquel preciso instante cuando se dio cuenta de que debía aparcar su nombre real, Katalin Vad, para adoptar su alter ego, la personalidad que le permitiría disfrutar de su díscola sexualidad por toda Europa, el de Michelle Wild.
A partir de aquí Michelle comenzó a añadir más y más películas a su filmografía, grabando para los pornógrafos más afamados del mundo. Se convirtió en musa de Private con cintas como «Sex Secrets of the Paparazzi» o «Sex and Guns» e incluso fue una musa bajo el sello Black Label del estudio, algo así como la creme de la creme. Colaboró con el potro italiano Rocco Siffredi en las sagas de «Animal Trainers» y «Best Butt Fucks». Y hasta se alzó como la mejor starlet húngara en los Premios Venus de 2003 y llegó a ganar un premio español NINFA por su colaboración en el film «Hot Rats».
2005 fue el año de su retiro. Un abandono profesional de lo más lamentado en la comunidad de pornófilos que, para más inri, tuvo como culpable un embarazo y una maternidad que le hizo sentar la cabeza. Así que para terminar este homenaje a Michelle Wilde, la leyenda del porno no tan lejano de los 90’s/2000’s, vamos a publicar parte de su legado audiovisual, que todavía está inmortalizado a través de los tiempos en los vídeos vintages de los pornotubes ¡Que aproveche!
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