Nadie puede negar la belleza de la joven Melody Marks, pero algo nos dice que su ritmo de vida no es de los más equilibrados. Y es que no la notamos como en sus comienzos, cuando irradiaba una belleza juvenil y mantenía una sonrisa perenne que dejaba a todos embelesados. Era, por entonces, una de las teens más prometedoras del panorama pornográfico. Aunque lo cierto es que su fulgor parece haberse apagado o estancado; o esa es nuestra percepción. Ahora bien, eso no le impide acabar el año protagonizando un trío con una trama enrevesada típica de Pure Taboo, esa productora bien tratada por la crítica que mantiene su política de apostar por el porno con diálogos, así como con introducción, nudo y desenlace, al igual que las películas X clásicas.
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