El porno se tilda de sucio, degradante, obsceno…, pero el caso es que lo ve todo el mundo. Así que no será tan inmoral como se suele expresar de cara a la galería. Es más, calificar de algo sucio a la contemplación de una criatura sumamente deliciosa, como Melanie Marie, inmiscuida en las artes amatorias es para mear y no echar ni gota. Mejor dicho, es para eyacular ríos de semen. Es por ello que el que opine lo contrario, que vea el telediario de un vocero a sueldo, se trague las mamarrachadas y bulos de cualquier youtuber al borde del retraso mental o escuche las letras machistas para imbéciles redomados que balbucea cualquier cantante latino de reguetón; a ver qué es lo realmente sucio y obsceno.
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