Era cuestión de tiempo que las muñecas hinchables se convirtieran en algo más que un montón de trapos cosidos con forma humanoide. En el presente estas muñecas sexuales han evolucionado y se han vuelto tan hiperrealistas que hasta se confunde con chicas de carne y hueso. Se hacen llamar «Real Dolls» y debido al grado de perfección inaudito que alcanzan, sus precios son desorbitados. Su fabricación nos lleva a una cadena de montaje de lo más bizarro donde se ensamblan los miembros con un mimo y una dedicación casi de ritual. El resultado vale la pena, una muñeca tan real que llega a pesar 60 kilos, con material de látex y cuya textura al tacto parece piel auténtica. El juguetito cuesta la friolera de casi 10.000€, pero su sexo proporciona una experiencia similar a una follada real.