La espontánea Mandy Flores es una célebre webcamer que se gana la vida haciendo realidad los deseos sexuales de la gente. Una de esas camgirls que atiende a las peticiones indecentes en su página web personal IwantMandyFlores y que tiene más de 2.000 vídeos en la cola de pedidos. Escenas donde sus fans le dictan, con pelos y señales, que práctica guarra tiene que realizar. Su total entrega por el sexo le ha valido muchas gratificaciones en el portal de PornHub (tiene canal propio con 420.000 subscriptores y 320 millones de reproducciones de sus vídeos) como estrella amateur del mes.
Con semejante pasión por su trabajo es normal que Mandy Flores estuviera nominada en los PornHub Awards 2018 por el título de mejor webcamer, aunque desgraciadamente no se pudo alzar con el preciado premio (se lo llevó la espectacular pelirroja Jenny Blighe que sin ser tan guarra como Mandy sabe como poner cachondos a la comunidad pornófila con su cuerpo de modelo).
Pero hay más, y es que esta desvergonzada trabajadora sexual vende sus bragas usadas y juguetes sexuales si le envías un mensaje privado y acuerda contigo un trato. Su especialidad, como muchas otras, es la masturbación, pero con un matiz diferenciador de las demás; que vende los fluidos de sus squirts en botellas bajo el sello «Jugo de Mandy». Solo por eso está más que justificado escribirle una entradilla a esta profesional del sexo amateur que a veces coquetea con el profesional.