Estamos seguros que el agente pornográfico de Luna Mills (aquella jovencísima vietnamita que abrió el culo hace un año) ha sido despedido fulminantemente segundos después de que la actriz viese mancillada su dulce inocencia al ser sometida a las vejaciones y abusos inhumanos de Facial Abuse. Y es que la productora americana es uno de los sitios de mamadas más extremos sobre la faz de la tierra. Muchísimo más que lo que acontece en Dick Drainers, donde el conocido ‘terrorista’ sexual —Branden Richards siempre oculta su cara con un pasamontañas— es implacable con las bocas de las pornostars.
En Facial Abuse el sexo es algo secundario y la humillación y degradación fingida se dan la mano con actores que no tienen ni una pizca de respeto por las mujeres. Viendo su brusco estilo sexual algunas partes van más allá de la repugnancia y llegan al punto de una agresión sexual donde las invitadas son abusadas físicamente y sus gargantas son invadidas cual Putin frente a Ucrania. De hecho, si no fuera todo pactado de antemano juraríamos que el único objetivo es hacerlas vomitar en cada episodio y celebrar el fetiche de la vomerofilia.
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