¿Recordáis la mítica serie de televisión «Xena, la Princesa Guerrera» de Sam Raimi? Fue el escaparate de ficción con el que se dio a conocer Lucy lawless, la cantante y actriz neozelandesa (llegó a ser Miss Nueva Zelanda 1989) que protagonizó a esta aguerrida heroína de la Antigua Grecia enfrascada en una guerra contra los dioses del Olimpo en un mundo mitológico. Una mera excusa para ver a Xena y Gabrielle —su íntima amiga e infatigable compañera de armas — luciendo sexys modelitos de amazona, amplios escotes y piernas en minifaldas. Sugerentes imágenes que llamaron poderosamente la atención del público y no tardaron en lanzar a Lucy hacia otras joyas de la pequeña pantalla con fuerte contenido erótico e incluso pornográfico.
Nos referimos a «Spartacus» (2010), la icónica miniserie emitida en 2010 donde regresó triunfalmente para meterse en el papel de Lucrecia, la protagonista principal que caló entre la audiencia por ser una sensual reina que conseguía favores gracias al sexo y su letal belleza. La producción, basada en el Imperio Romano, estuvo muy bien ambientada no solo por los decorados, sino por visibilizar de forma explícita la sexualidad de la época. Ya sabéis, las bacanales romanas, los tríos con esclavos, las relaciones lésbicas y todo acto de inmoralidad típico de aquellos locos siglos pasados.
El pasado mes de marzo Lawless cumplió 53 años y se puede enorgullecer de haber formado parte del elenco de «Ash vs Evil Dead», «Galáctica: Estrella de Combate» y «Parks and Recreation». Pero por muchos trabajos que realice, por mucho papel argumentativo, nosotros siempre la recordaremos en las escenas de sexo, mostrándonos sus pechos al desnudo, fornicando con los soldados de la legión.
Escenas sexuales (casi porno) de «Spartacus»
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