Cuando Liya Silver se presentó al casting del mítico conejillo peludo Pierre Woodman, Woodman Casting X, éste no le puso ninguna traba a la hora de rodar. Y eso que al igual que su compatriota gabacho Lansky ambos tienen alergia a los tatuajes de las pornostars. Pero con el demencial cuerpo de Liya no pueden hacer otra cosa que hacer una afortunada excepción: obviar esas partes pintadas con tinta y entregar ese físico a la ciencia del cine X europeo. La rusa de físico demencial los ha vuelto locos y no nos extraña. Se ha convertido en la única starlet del catálogo Lansky capaz de hacer sombra a la diosa escandinava Mía Melano. La única con potencial para desbancar a quien se lo proponga, un anomalía en el sistema, como dijo el Sr Smith en Mátrix, pero de cuerpos impolutos. Para demostración su nueva escena de Blacked Raw.
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