Por supuesto que Lily Lou sigue teniendo un buen revolcón —o centenares—, pero esto no quita que haya cometido un estropicio estético debido a los implantes y el tinte fucsia vivo de su cabello, felpudo incluido. Así es como decidió ultrajar su hermoso cuerpo natural y su atractiva melena morena que lucía en una época, para nada lejana, en la que era uno de los máximos referentes entre las estrellas emergentes de la industria. No llega a ser un adefesio como otras compañeras recauchutadas de dudosa estabilidad emocional, pero sus decisiones en el campo estético tienden a la extravagancia más hortera y vulgar. La vemos en uno de esos típicos enredos entre parientes de Family Strokes.
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