El agujero negro que tiene Lily Lou en el ano continúa impertérrito por la senda de la sodomía después de fagocitar todo miembro viril que se le pusiera a tiro en el tour de los «Gape Gloves». Nos referimos al típico circuito pornográfico que tiene en propiedad Mike Adriano en el que las starlets deben ponerse unos guantes de lana, que tienen impresos la citada lapidaria frase, para abrir sus nalgas sin que se le resbalen por culpa del abundante lubricante. Un invento pornográfico que, en esta ocasión, no ha podido emplear en «Little Anal Lovers #02» (Evil Angel), el último alojamiento profesional en el que la actriz con mimbres de estrella —siempre corta las dos orejas y el rabo— vive en sus carnes una experiencia sexual que la acerca al Nirvana. Brutal.
in Sodomía
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