OnlyFans, la plataforma que permite monetizar de manera independiente el contenido para adultos, se enfrenta una demanda colectiva que podría remodelar la forma en que se gestionan las interacciones digitales de los usuarios. Presentada el 29 de julio de 2024 en el Tribunal de Distrito de los Estados Unidos para el Distrito Central de California, la demanda alega que OnlyFans, a sabiendas, permitió que agencias de gestión de terceros contrataran «conversadores»,; es decir, personas encargadas de hacerse pasar por creadores para comunicarse con los fans que pagaban. Los seguidores, creyendo que estaban entablando conversaciones directas con los propios creadores, supuestamente no sabían que estaban interactuando con estos intermediarios contratados.
Los demandantes argumentan que OnlyFans se promocionó como una plataforma para conexiones íntimas y auténticas entre fanáticos y creadores pero, en realidad, facilitó un esquema en el que las agencias manipularon esas relaciones con fines de lucro. Según la demanda, esta práctica ha sido generalizada y particularmente lucrativa, y OnlyFans se ha quedado con un 20 % de todas las ganancias de los creadores en la plataforma; ganancias que, según afirman los demandantes, fueron infladas por el uso engañoso de los usuarios del chat. Este caso podría tener serias implicaciones para muchos artistas adultos convencionales que han obtenido ingresos sustanciales en la plataforma. Es una práctica común que los talentos adultos deleguen la administración de cuentas a las agencias para que puedan concentrarse en crear contenido sin la carga de manejar interacciones constantes con los usuarios. Muchos artistas, particularmente aquellos de la industria del cine para adultos, dependen de agencias para manejar su presencia en OnlyFans para que puedan mantener un equilibrio entre el trabajo y la vida personal, o concentrarse únicamente en producir contenido. Si bien estas agencias ayudan a impulsar la participación de los usuarios, se las acusa de operar detrás de escena de maneras que violan la confianza del consumidor.
La demanda afirma que OnlyFans permitió que estas prácticas prosperaran porque se benefició financieramente del aumento de la actividad de los fans. Los fanáticos, atraídos por la promesa de mensajes directos con sus creadores favoritos, a menudo gastaban más en consejos, contenido personalizado y otros servicios premium, asumiendo que estaban interactuando con los propios creadores. En algunos casos, estas interacciones supuestamente fueron llevadas a cabo por usuarios de países como Filipinas y Venezuela, donde los costes laborales son significativamente más bajos que en Estados Unidos.
La batalla legal subraya una cuestión más amplia de autenticidad en plataformas como OnlyFans, donde la conexión personal se comercializa como el principal atractivo para los fanáticos dispuestos a pagar precios superiores. La denuncia alega, además ,que OnlyFans no solo no tomó medidas pertinentes contra estas prácticas, sino que las facilitó activamente, proporcionando las herramientas que permitieron a las agencias hacerse pasar por creadores y presionar a los fanáticos a gastar más. En resumidas cuentas, se trata de un fraude cometido a los que verdaderamente posibilitan que las creadoras y creadores de contenido para adultos puedan tener un sustento económico, con un claro abuso de la confianza a través de un funcionamiento engañoso.
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