La historia de India Martínez comienza con el flamenco, un amor primigenio que se convertiría en la base sólida de su talento; ese arte jondo que le permitió brillar en sus primeros festivales y que sentaría las raíces de una carrera destinada a traspasar fronteras. Con solo 17 años, debutaba con Azulejos de lunares, un trabajo racial y profundo que revelaba el alma de una joven que ya mostraba su hechizo natural, su voz envolvente y su enigmática presencia.
Su espíritu inquieto la llevó a explorar y abrirse al pop, logrando una fusión única de estilos. Despertar, su segundo álbum, marcó un giro importante en su carrera al ser nominado a los Grammy Latinos, lo que supuso un impulso que la animó a seguir buscando su propia voz. A partir de ahí, India fue más allá de lo convencional, instalándose en Madrid y perfeccionando su dominio en diferentes disciplinas artísticas. En 2012, el éxito llegó con Trece verdades, un álbum que mantuvo durante casi un año en las listas de los más vendidos y que consolidó el fenómeno India Martínez.
Lejos de detenerse, la artista continuó evolucionando. Otras verdades y Camino de la buena suerte reflejan sus viajes, especialmente a América Latina, donde absorbió ritmos y vivencias que enriquecieron su obra y la llevaron a explorar un mestizaje único. Su talento la ha llevado a colaborar con grandes artistas en Dual, un disco de duetos con nombres como Abel Pintos y Enrique Iglesias, en el que cada canción es una experiencia compartida.
El éxito de Te cuento un secreto en 2016, disco que alcanzó el número uno en ventas en su primera semana, fue un preludio de su regreso a las raíces con Palmeras, su octavo álbum. Este trabajo es un homenaje a su barrio de Las Palmeras, en Córdoba, un retorno a sus orígenes como un punto de partida para expandir su creatividad. India ha enriquecido su estilo con melodías y sonidos nuevos, una energía que transforma cada acorde en un testimonio de fuerza, feminidad y autenticidad.
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