Sin duda, en el porno hay féminas para todos los gustos, desde las típicas bomba sexuales con pechos frecuentemente operados y aires de mujer fatal hasta chicas jovencitas y modositas sin demasiadas curvas, pero con sobredosis de lujuria latente. Este último rubro de actrices porno goza de más aceptación de lo que parece en la industria, por lo que no paran de aparecer lolitas en una industria como el porno, donde la carne fresca se cotiza a lo grande, aunque se traten de cuerpos menuditos. Además, esas chicas con cuerpos naturales o de a pie ansían que las posean pollas de grandes dimensiones. Y es que el hecho de empotrar a una chica de las características de Serena Hill genera unas sensaciones increíblemente placenteras y eleva la virilidad de cualquier hombre que se precie.
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