in

La diosa Hazel Moore salvando los muebles

Twitter Telegram Whatsapp

El porno tiene estas cosas, las escenas son a veces tan disparatadas que dos amantes pueden estar follando impetuosamente en un sala de estar, y otra persona no darse cuenta de nada, pese a estar justo al lado del tejemaneje sexual. Credibilidad nula que no incide para nada en sumar morbo a la escena, pero es el pan de cada día. Otro punto flaco de ciertas escenas es la cara de merluzos de algunos de los actores contratados; hasta Jordi el Niño Polla parece físico cuántico, como rezan algunas publicaciones fakes, comparado con los jóvenes mentecatos que aparecen en algunos metrajes. Menos mal que la belleza de la diosa Hazel Moore puede salvar este tipo de detalles poco cuidados de ciertos estudios profesionales.