El exclusivo tour que está realizando Kylie Rocket por las filiales de Vixen Media Group no está dejando indiferente a ningún pornólogo. No solo porque sus enérgicas capacidades sexuales se ven obstaculizadas por la firma de un contrato, sino porque su manera de gemir es muy sobreactuada. Aunque en este caso tiene una buena excusa llamada Anton Harden, el afroactor de rabo catedralicio que se pasa por la piedra a las pornostars que ponen un pie en Blacked. El tamaño de su herramienta de trabajo hace que la actriz de ADN puertorriqueño utilice su grito de batalla y se convierta en un cohete sexual que se eleva por la combustión de sus palabras.
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