Se está extendiendo la sana práctica en los estudios del franchute Greg Lansky (sobre todo en su sello interracial de Blacked) poner en un mismo plano a dos starlets de similares perfiles físicos. Kylie Page y Lena Paul han sido las dos últimas en tener un slot juntas y revueltas haciendo un alarde casi insultante de sus cuerpazos naturales. No han escatimado ni un ápice de ese poder y magnetismo que les otorga su estatus de superestrellas (aunque Lea tenga una posición bastante más aventajada en el difícil mundo de las pornostars) y el resultado es inmejorable. Irresistible su presencia arrebatadora y esa naturalidad con la que manejan el sexo en cualquier situación, hasta cuando se trata de inmiscuirse en una relación como la que se narra.
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