En el mundo pornográfico no es ningún secreto que la pornostar Kianna Dior es la actriz fetiche del aclamado director Jonni Darkko, institución viviente donde las haya. De hecho, en JaqueMateAteos ya matizamos que el alucinante showcase «Kianna Dior: Busty Cum Slut» lleva como lapidario título el nombre de la exuberante asiática. Un homenaje a la tetona starlet de Vancuver que ya va por la 8ª edición y en donde no se cansa de repetir una y otra vez las delirantes e inimaginables técnicas felatorias. Desde lo ultra agresivo hasta lo suave, desde lo abismal hasta lo superficial. Sin embargo, lo más destacable es su potencia de absorción cual aspiradora con los fusibles quemados.
Su legendaria garganta lubricada tiene un postgrado en sexo oral y puede ofrecer una utilidad infinita, siendo sus morros hinchados y lengua afilada los complementes perfectos para cualquier miembro viril que quiera alojarse en sus interioridades. Serás afortunado si sobrevives a sus lengüetazos, rápidos y mortales, si no es que has sucumbido ya ante sus amígdalas hambrientas entregadas al desenfreno lúbrico. Y no nos olvidemos de sus labios succionadores, también un prodigio de la anatomía humana capaz de enfrentarse a furiosas erecciones que quieren destruir su campanilla.
Esta será la única línea de defensa que tenga la glamurosa pornostar (cualquiera lo diría a sus 51 años) contra la violación gutural, las corridas en su rostro, el semen regurgitado, la saliva salpicando su cuerpo y las mamadas asfixiantes a dos bandas. Y solo con la ayuda de su inseparable pintalabios de color rojo brillante y su conjunto de lencería sexy. Para más inri. Para que luego digan que las desmesuradas tetas de Kianna no deberían tener colgado un cartel de advertencia donde se indicara que mordisquea y mastica.
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