No es casualidad que junten bajo el arropo de un estudio de porno fino (Vixen lo es por méritos propios) y en una misma escena a dos pornostars de recorrido, hasta el momento, poco más que lésbico. Nos referimos a Kenna James y Khloe Kapri, dos ejemplares de una misma generación que comparten afinidad sexual y un perfil físico más que evidente: americanas de pura cepa, rubias de sonrisa Profident, núbiles, delicadas y con una actitud de gatito tan tierna cuando lamen vulvas que pareciera, simplemente, que no fueron creadas para ser penetradas y cayeron por predestinación al porno lésbico. Estas bambis son una maldita delicia extraterrenal cuando trabajan juntas y más todavía cuando intentan subir a un nuevo estrato profesional como es el porno glamcore heterosexual.
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