La inglesa Kelly Stafford fue una pornostar que durante sus años de reinado (1997-2003) se caracterizó por entregarse a todo tipo de bizarradas sexuales llevadas a cabo por el potro italiano de Rocco Siffredi. Una de las intérpretes sexuales más intensas del pasado reciente —sin desmerecer otros nombres como Sandra Romain, Belladonna o Tammi Ann—, de insaciable apetito sexual y voluntad de hacer cualquier cosa. Su pasión inquebrantable por el oficio la llevaron a convertirse en una mina de oro por ser capaz de realizar locuras como hacerle una mamada a un anciano de 90 años, rodar una escena pornográfica con un hombre enano e improvisar un blowbang callejero con vagabundos. Vídeos cuya relevancia es histórica y deberían ser remasterizados.
Muchos de vosotros la recordaréis de míticas películas como «When Rocco Meats Kelly» (1998), «Rocco and Kelly’s Perversion in Paris» (2003) o «Rocco’s Dirty Anal Kelly in Rome 2» (2000), en donde esta atípica estrella de Stevenage se entregaba a las escenas de sexo más inmundas que jamás hayamos visto. Como por ejemplo aquella vez en la que Rocco golpea a Kelly tan fuerte que casi le rompe la nariz o cuando caminaba por la calle, en público, con la cara llena de semen.
Ante semejante despliegue de cerdería extrema y bagaje sexual perverso era normal que creara a su alrededor toda una religión fetichista, plagada de un parroquianos fanáticos que la adoran como a un fetiche. La misma multitud que a día de hoy continúan añorando y suspirando por cada una de sus escenas y rebuscan en la basura digital para recuperar aquellos polvos magistrales.
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