Entregar el ano en el selecto sello de Tushy Raw es el epítome de toda una trayectoria (dolorosa) de penetraciones anales. Un proceso casi de beatificación en el que la implicada debe entregarse con total devoción a los ejercicios rectales, desde varios frentes y puntos de vista. Keira Croft encaja como un guante en el catálogo de la productora sabiendo que está más que dispuesta para el sexo violento por la puerta de atrás —habiendo estado alistada en el ejército estaba claro que ese culo iba a pedir mucha guerra— tras su participación en «Anal ManiACTS» de Evil Angel, una visita obligatoria para los que quieren ver algo que vaya más allá de un simple tratamiento rectal estándar. En esta ocasión, su partenaire afroamericano tendrá tantas ganas de sodomizarla que ansiará sacar los secretos de la creación del universo de su agujero más oscuro.
in Sodomía