Será por los ángulos de cámara o tal vez por la estética nocturna con reminiscencias glamcore que tiene BlackedRaw, pero el culo carnívoro que exhibió Kay Carter lució un aspecto renovado que poco nos recuerda a los mejores momentos de su escena con Adriano. La rubia albina parece haberse deshecho de sus pliegues cárnicos en sus nalgas —el mal llamado culo Michelín— y sus curvas son más lisas y brillantes. Lo que si podemos afirmar es que su molesto tatuaje bajo el pecho sigue en su sitio, al menos es lo que deducimos al no haberse quitado la parte de arriba de su espectacular vestido rojo, una técnica de camuflaje muy empleada en las productoras del pornógrafo Lansky para ocultar estos delitos epidérmicos de cuerpos ornamentados.
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