A Katana Kombat la bautizamos en su momento como una de las incorporaciones latinas más llamativas del pasado año. No solo por el nombre rimbombante y cómico, sino por unas poderosas razones capitaneadas por sus nalgas y ese furor que solo poseen las mujeres de latitudes caribeñas. Pero más allá de lo físico hay que matizar su talento oculto: una aplastante seguridad en si misma a prueba de bombas que transmite con la mirada, como si supiera de antemano que va a conquistar a los espectadores. Un guiño expresivo que se puede observar en uno de sus últimos trabajos para Mofos en su archiconocida serie Publick Pickups, donde las chicas son cazadas sin ningún tipo de escrúpulos.