Tras haber finalizado su último contrato de 6 meses con Brazzers y siendo una starlet marcada a fuego por el hándicap de poseer 3/4 partes de su cuerpo entintado, Karmen Karma no ha brillado con la luz que se merece en sus últimas apariciones. Parece que el estereotipo de tía buena tatuada pasa factura y su agresivo aspecto resta potencial al que teóricamente podría desatar. Su paso por otros estudios no lograron la popularidad que se merece: su escena con Adriano nadie la celebró. La blowbang con los negratas de DogFart tampoco tampoco fue relevante y su paso por Blacked con Jason Luvv no obtuvo el relieve necesario. Una pena pues a Karmen le sobra carácter, entrega y especialmente hambre de pollas para hacerse un hueco a la altura de su valía. Esperemos que su última colaboración con Tushy Raw (el único estudio de Lansky donde los tatuajes no están prohibidos) haga justicia con la pornostar.
in Sodomía